กรุงเทพฯ. El portal a Tailandia
- Juangre Sosa
- 25 ene 2017
- 2 Min. de lectura
La ciudad mas grande en la que hemos estado hasta ahora en el Sudeste Asiático es Bangkok. La llamada Ciudad de los Ángeles está en el puesto número 2 de la ciudad con el nombre mas largo del mundo. El 1er puesto lo tiene una en Nueva Zelanda. Pero por suerte para todos los habitantes del mundo, a ésta le pusieron un sobrenombre pronunciable, y así es como todos la conocemos por Bangkok.
Desde el avión parecía que llegábamos en un día nublado, pero al salir a la calle nos dimos cuenta de que no eran nubes eso que nublaba la vista, sino el smog. La polusión hace que casi no se vea el cielo celeste. Pero también hizo que hoy viéramos un atardecer inigualable, el sol bien redondo y rojo bajando por el oeste, hasta ocultarse tras los edificios de la ciudad.

Es la reina del street food. Camines por donde camines, y a la hora que sea, vas a encontrar carritos, motitos, camionetas y puestitos con lo que se te ocurra: fruta, jugos, pinchos, salchichas, carnes,pollo, sopas, noodles, arroz, fritanga, fritanga, fritanga, mas fruta y pescado, mucho pescado. Entre los muchos ríos que atraviesan la ciudad y la comida, las calles huelen extraño. Ah, y no olvidemos las flores decorando el altar al reciente rey fallecido en cada rincón, edificio,puente, plaza, templo e iglesia.
Bangkok es enorme, mucho mas de lo que parece en el mapita que nos dieron en el aeropuerto. Tiene una red de subtes y trenes que funcionan muy bien y son modernos, pero lo malo es que no llegan hasta la parte antigua de la ciudad. Te dejan en el borde y uno tiene que caminar. No hay problema con eso, siempre y cuando no le pifies al camino, porque terminarás caminando mucho mas de lo que pretendias, tal vez 1 hora más... Durante nuestras largas caminatas por la ciudad, en las que conocimos una pequeñísima parte y nos cansamos muchísimo, encontramos cosas interesantes, como un mercado nocturno enorme de frutas y verduras, donde vimos más ananás que en toda nuestra vida. También una callecita hecha peatonal llena de bares, locales y puestitos, que resultó ser la famosa Khao San Road. Caminando sin rumbo uno se topa con cosas que, por venir de sorpresa, a uno lo alucinan mucho más.
Eso mismo nos pasó cuando, de paso a la consulta dental de Juangre, decidimos atravesar una plaza, y nos encontramos con el Festival de Turismo de Tailandia 2017. Artesanos de todo el país mostraban sus especialidades con entusiasmo y vestidos con atuendos típicos de su región. Un manjar cultural.
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